Isla de Aruba, la pequeña isla caribeña de las cien lenguas
Isla de Aruba, la pequeña isla caribeña de las cien lenguas
La isla de Aruba, en Venezuela, ofrece un clima templado y suave durante todo el año, con temperaturas que no superan nunca los 30º centígrados. Además, gracias al magnífico clima del que goza todo el año, siempre es un buen momento para navegar por sus tranquilas aguas, o practicar deportes tales como windsurf, submarinismo, vela, golf, o pesca de altura en aguas cristalinas.
Esta hermosa porción de tierra, que tan solo mide 31,5 kilómetros de largo por 10 de ancho, es totalmente independiente desde el 1 de enero de 1986 y forma parte del Reino de los Países Bajos.
Como digo, el mar que baña sus costas es ideal para navegar a vela, o a motor, ya que los vientos son bastante estables y aseguran unas condiciones favorables para la práctica de este deporte. De todos es sabido que el Caribe es uno de los mejores lujares del mundo para disfrutar de la navegación, aunque esta zona del sur es todavía mejor por no estar tan frecuentada por un turismo masificado, lo que permite que sus aguas se encuentren más tranquilas. También las corrientes procedentes del Golfo hacen también posible navegar por sus islas vecinas en todo momento,juegos friv y poder disfrutar de la tranquilidad de las pequeñas calas que hay repartidas por varias de ellas.
Su población está compuesta por una extensa mezcla internacional de gentes bien formadas de naturaleza agradable y con entusiasmo por la hospitalidad, ya que el arubeño moderno tiene en general una mezcla de ancestros, incluyendo raíces de los indios Caquetios, africanas y europeas. Pero en Aruba la gente no es negra, tampoco es blanca, ni mulata, ni indígena… En Aruba la gente es diferente, teniendo sobre todo en cuenta que aquí viven unas cien mil personas y varias culturas, lo que hace de la isla un rincón del Caribe muy especial. Y, al ser sus habitantes tan pocos y tan diferentes, la integración en esta isla es todo un hecho. De ahí la eterna sonrisa de los arubenses que ofrecen a cada momento, porque aquí todos nos hemos sentido como en si estuviéramos en nuestra propia casa; de ahí también su amabilidad, su hospitalidad, y su encanto.
La cara de Aruba cambia continuamente con la isla, atrayendo a individuos de todo el mundo. Hoy en día, viven en ella más de 40 nacionalidades, que disfrutan y trabajan tranquilamente en este pequeño paraíso en el que hay lugar para todos.
La parte norte de Aruba cuenta con el Faro California, que se encuentra en la punta más extrema de la isla. Se trata de un viejo, aunque bonito, faro que aun sigue cumpliendo su función, pero que está cerrado al público por seguridad. Un recorrido por la isla nos lleva al sur, y en San Nicolás no hay que perderse una especie de simpático “garito” o museo, que se conoce con el nombre de Charlie´s Bar, un pequeño bar/restaurante que merece la pena y donde es posible probar la gastronomía local arubense que nos ofrece Charlie III. Y8 Ya en la capital, en la ciudad de Oranjestad, podremos hacer algunas compras e ir a lugares algo más lujosos y diferentes, además de poder alquilar cualquier tipo de barcos, desde pequeñas embarcaciones a vela para entretenimiento que son prácticamente inundables, hasta grandes veleros, o motoras, para dar vueltas por esta hermosa isla.
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